Incluso las galletas más famosas y vendidas del mundo, tienen una historia y quiero compartirla con vosotros por petición popular.

Aunque igual que me ocurrió con el artículo sobre la Nutella, siempre fui más de Principe que de Oreo, pero también me gustan.

Lo cierto es que la historia de estas galletas es complicada y no se sabe en su totalidad. Por ejemplo, no está claro el origen del nombre.

Según cuentan, la palabra Oreo viene de la palabra francesa “Or”, que significa oro y hace referencia al color del primer paquete en el que fue vendida, pero sólo son suposiciones.

Fueron inventadas en una pastelería de Nueva York en 1912, y distribuidas por una compañía llamada Nabisco. Hoy es la fábrica Chelsea Market.

La idea surgió de la unión de dos galletas circulares unidas por un dulce cremoso en forma de sandwich. Por aquel entonces, sólo había dos sabores; chocolate con crema y limón con merengue, las galletas se vendían en lata de 1/2kg y costaban sólo 30 centavos.

El primer paquete de Oreo fué vendido en Hoboken, New Jersey.

Desde su origen hasta nuestros días, se han vendido más de 450 billones de galletas Oreo en todo el mundo.

Puede que con una cifra tan gigantesca, no seáis del todo conscientes de la ingente cantidad que supone. Pero para que os hagáis una idea, si todas estas galletas se hubieran apilado en forma de torre, ésta llegaría a la luna y volvería más de 5 veces.

Si tenemos en cuenta que se venden 20.000 millones de galletas oreo al año, las convierten en el producto de alimentación más vendido del mundo después de la Big Mac de McDonald´s.

Estas galletas, actualmente, se venden en más de 100 países y en cada uno de ellos, existen sabores únicos, ediciones especiales y productos que no tienen otros. Por ejemplo, en China hay Oreo con sabor a helado de té verde. Y en Estados Unidos, con sabor a tarta de cumpleaños.

Las Oreo se fabrican acorde con la receta original, la cuál especificaba que debía contener un 71% de galleta y un 29% de crema. El proceso para hacerlas dura exactamente 59 minutos.

Durante sus casi 104 años de existencia, las galletas tuvieron diferentes nombres. Oreo Biscuit (1912), Oreo Sandwich (1921), Oreo Crème Sandwich (1937), Oreo Chocolate Sandwich Cookie (1974), y en la actualidad sólo “Oreo”.

La primera publicidad de Oreo con slogan tuvo lugar en 1950.

Como todas las empresas, no todo han sido buenos momentos. Oreo se ha enfrentado a situaciones muy complicadas durante este tiempo.

Un abogado de California denunció a la marca ya que, según el, eran tan perjudiciales para los niños como el tabaco o el alcohol.

Pidió que se prohibieran a los menores debido al altísimo contenido en grasas trans que contenía, las cuales provocaban problemas de salud y aumentaban el colesterol malo.

Aunque es evidente que perdió la demanda, esto provocó que la marca se deshiciera de parte de estas grasas.

También han sido criticadas por organismos y estudios científicos.

Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Connecticut afirmó que las Oreo eran tan adictivas como la cocaína. El estudio fue realizado con ratones y vieron que activaban más neuronas del centro del placer que esta droga.

Oreo ha vivido fracasos a lo largo de sus incontables intentos de innovación, dado que en muchos países sus sabores no han sido del todo aceptados y han supuesto pérdidas en diversas ocasiones.

Aunque el que más recuerdo y me llamó la atención fue el intento de crear una pasta de dientes de Oreo.

No se sabe muy bien de quién fue la idea, pero se llegaron a fabricar y no tuvo éxito.

Quizás una empresa que fabrica dulces y galletas no sea en la que los consumidores depositarían la confianza de su higiene y salud dental…

Como curiosidad, hace poco que se fabrican churros de Oreo en Estados Unidos y se distribuyen en los cines americanos gracias a la colaboración de Mondelez con J&J Snack Foods. 

¿Qué os parece?