Me apetecía subir un artículo sobre innovación. Sobre todo aquello que gracias a personas atrevidas y sin miedo a fracasar,  han cambiado el rumbo de las cosas y nuestra percepción de las mismas.

La primera persona y ejemplo que se me vino a la cabeza fué Dick Fosbury, y por eso quiero hablaros de él.

Dick es un ex-atleta estadounidense de salto de altura que en las olimpiadas de 1968, celebradas en México, se atrevió a innovar y cambió la historia.

Durante el evento, Fosbury fué el centro de atención por la extraña técnica que empleaba para pasar por encima de la valla. Él llevaba usándola sede que tenía 16 años, de hecho, empleándola ganó en la Universidad de Oregon y pasó la clasificación de los juegos olímpicos.

Durante el certamen, la gente quedó sorprendida al verlo saltar de una forma muy distinta al resto.

Pero más se sorprendieron cuando pasó los 2.24m (la mejor marca mundial del año), ganando así la medalla de oro olímpica.

Aunque en aquel momento no faltaron escépticos, hoy en día todos los saltadores de altura de élite emplean esta técnica que pasó a llamarse el “Fosbury Flop“.

Él mismo reconoció que hasta entonces la gente se había reído y burlado de él.

Prueba de ello fué esta declaración que hizo en 1984 donde decía;  “La popularidad actual de mi salto es un premio maravilloso porque tuve que aguantar que al principio no le gustara a nadie. El salto de espaldas ya lo practicaba en el instituto y todos se reían de mi, me llamaban raro y marginado por ir a contracorriente. Todo cambió cuando gané en Mexico del 68′ pasando a la categoría de héroe.”

Esto sólo es una prueba de que no se debe tener miedo a innovar. Que no lo haya hecho nadie de momento no siempre significa que no sea mejor de lo que se ha hecho hasta ahora.

Cuando parecía que el deporte se había estancado y esa marca era imbatible para el ser humano, llegó Fosbury y lo revolucionó. Me recuerda a aquella frase, “Si quieres resultados diferentes, no hagas lo mismo de siempre”