El mundo se desangra por sus bosques, los principales pulmones de la Tierra y nadie hace nada. Muchas veces se trata de averiguar cual de estas dos herramientas es más útil para cambiar el mundo; el dinero o el poder.
Hay opiniones de todo tipo pero la realidad es una sola.
-Cada año la Tierra pierde el equivalente al tamaño de Panamá de sus bosques, o para que nos entendamos mejor, el equivalente al tamaño de Portugal.
-Los bosques del mundo se han reducido un 40% desde que comenzó la agricultura.
-África perdió 64millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2005, la tala ilegal de países como Rusia, Indonesia, Brasil y Camerún representa más de la mitad.
Johan Eliasch, un millonario sueco, empresario, banquero, CEO de la marca deportiva Head, productor de cine y tesorero del partido conservador británico, se ha convertido en un héroe para muchos y un auténtico problema para otros comprando una parcela en la selva con el único fin de protegerla. Argumenta que estaba harto de ver a los políticos hablar y no hacer nada.
En 2006 ya hizo algo parecido, compró 1.600km cuadrados de terreno en el corazón de Amazonia y dedicó parte de su capital a promover exploraciones científicas para buscar especies de animales y vegetales no descubiertas.
La polémica era evidente. Nadie creía que solo se tratase de una buena obra y no fuese a buscarle una rentabilidad económica. Otro tema fue el reclamo de las tierras por los indígenas Munduruku quienes afirmaban que esas tierras les pertenecían.
Supuestamente la inversión actual ha sido para pasar de las 160.000ha a 200.000ha, lo cual ha avivado el debate. Los medios en lugar de promocionar la iniciativa, noticia o como quieran llamarlo se han dedicado a buscarle su lado más morboso, algunos rumoreaban sobre el precio, unos 8 millones de libras esterlinas (pero nadie lo sabe con certeza). Otros bromeaban sobre que de aquí a unos años veremos la selva llena de resorts y hoteles. Y la gran mayoría solo se preocupaban de que con la llegada de Eliasch, muchos perdería su fuente de ingresos mientras el mundo pierde su “fuente de vida”. Bochornoso.
En mi opinión, dejando a un lado la polémica, me parece algo motivador. No sé realmente si solo se utilizará para luchar contra el cambio climático pero la verdad es que parece que hemos encontrado una nueva forma de cuidar el planeta.
Puede que como ciudadanos no podemos lograr que las petroleras o demás industrias reduzcan sus niveles de emisiones, pero quizás si otros magnates se animasen a comprar sus “zonas de preservación” de forma privada podríamos salvarlo, al menos temporalmente.
Evidentemente debe tratarse de humanos y no de “personas”, aunque pensándolo bien, si cayera en manos de gente que sólo se mueve por el capital, estaríamos exactamente igual que como estamos ahora ¿Verdad?
Eliasch ha concedido a los locales el derecho de cosechar frutos de su tierra, esto ya es un paso. Ojalá sea cierto y su único objetivo sea que un bosque valga más de pié que talado.
La realidad es que después de esta acción otros magnates decepcionados por las políticas medioambientales publicas han decidido intervenir de manera privada comprando más tierras.
Puede que esto sólo sea el principio…
julio 16, 2015
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