¿Debemos alejar a los niños de la tecnología?

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Mucha gente tiende a pensar que ser hijo de alguien que se dedique a temas relacionados con la tecnología, te hace ser conocedor de ello. Yo sí que tuve esa suerte. Desde muy pequeño mi padre me enseñaba a usar los ordenadores, los juegos, que entonces no eran como el Minecraft precisamente… Y durante ratitos de mi semana jugaba con tecnología. Pude investigar por mi cuenta, navegar y cuando ya había cambiado demasiadas cosas sin saber, mi padre lo formateaba y vuelta a empezar.

Aunque en mi caso pude disfrutar de la tecnología, hay muchos ejemplos de personajes que con sus productos y servicios han cambiado la forma de vida de millones de personas en todo el mundo, pero que en su casa, mantienen a su familia alejada de sus propias creaciones.

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Hace unos cuatro años, Nick Bilton, periodista de The New York Times, contaba que durante una entrevista a Steve Jobs a los pocos meses del lanzamiento del primer iPad, quedo bastante impactado. Bilton le preguntó al fundador de Apple sobre la opinión que tenían sus hijos del iPad y este le respondió que no lo habían usado ya que en su casa, se limitaba el uso de la tecnología en los niños.

Por aquel entonces, a todo el mundo le pareció una excentricidad, ahora hay quien dice que es una tendencia entre los principales gurús.

Yo personalmente, entiendo que es totalmente lógico. Los creadores de productos que han cambiado la forma de hacer las cosas y la vida de todas las personas, son conscientes del poder que entraña la tecnología. Como ya aprendimos con la película de Will Smith, Yo robot, debemos aprender a usarla y controlarla o un día los dependientes acabaremos siendo nosotros.

La tecnología debe aprender a usarse pero no sólo a utilizarla en sí, sino a comportarnos frente a ella. En la educación cada vez es más normal el uso de pizarras digitales, proyecciones de diapositivas, incluso en algunos colegios de España, los niños utilizan iPads en lugar de papel y lápiz.

Puede parecer un avance, parte del “progreso” o un valor añadido de la escuela pero no creo que sea la mejor manera de hacer las cosas.

De hecho, en Silicon Valley, donde están las principales compañías tecnológicas del mundo, hay una escuela donde no se utilizan ni pantallas ni ordenadores. A este colegio acuden los hijos de los empleados de Google, Yahoo, Hewlett-Packard o Apple. El prestigio de este centro es innegable y el precio, restrictivo. La tecnología no se utiliza para ninguna de las actividades pedagógicas.

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Muchos de los padres de esta escuela son expertos tecnológicos pero han decidido mantener parte de la infancia de sus hijos alejados de gadgets y sin conocer internet.

Chis Anderson es el CEO de 3D Robotics, una empresa encargada de fabricar aviones no tripulados y drones. Él mismo explica que es muy beneficioso para los niños alejarles de la tecnología durante ciertas etapas de su infancia, e incluso reconocía que había sufrido en sus propias carnes los graves problemas que la tecnología puede causar en la gente.

No sólo se refiere a temas como el “ciberacoso” o al acceso a contenido que pueda herir la sensibilidad de los menores (debido a una falta de supervisión de sus padres).

Anderson advertía que el peor efecto de todos es la adicción que los propios dispositivos crean en sus usuarios, tanto menores como adultos. Advertía a los padres que estaban en el deber de atender a sus hijos y detectar si pasaban demasiado tiempo pegados a la pantalla. Además recomendaba obligarles a realizar otro tipo de actividades al aire libre con otros niños.

Otro ejemplo sería la familia formada por Evan y Sara Williams, que aseguran que sus hijos no tienen ni iPads ni teléfonos, y que por el contrario, los niños disfrutan de libros adecuados a su edad y juguetes básicos como pelotas o patines. Evan es el fundador de diversas plataformas y páginas webs, entre ellas, Twitter, Blogger y Medium.

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Científicos han demostrado en investigaciones cotejadas que las pantallas de estos gadgets pueden causar trastornos de la visión y falta de sueño, y que estos peligros se agravan seriamente en los niños. Además suponen un riesgo de aparición de enfermedades serias como el cáncer.

Esto hace que debamos plantearnos si enseñar a nuestros hijos en un ambiente tecnológico desde pequeños, les hará genios o esclavos, robandoles todo aquello que divierte de forma “offline”.

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